– Cahetel, que está junto a los nacidos entre el 24 y el 28 de abril, aporta fortaleza de espíritu y deseos de servir a Dios. El color de este serafín el blanco, pero también el verde y el gris, y su piedra el aguamarina, la cual aporta calma y felicidad a quien la lleva.
Los regidos por Cahetel se encuentran bendecidos por Dios tanto por su sencillez humana como por la grandeza de su dedicación a él. Trabajadores incansables y dotados del don de la fecundidad, estas personas siempre saben agradecer lo bueno que llega a su vida y saben compartirlo con los demás.
– Haziel rige a los que celebran su cumpleaños entre el 29 de abril y el 3 de mayo. Este querubín, cuya esencia es la misericordia divina, se engalana con el color plata y con el blanco y su piedra es la perla, que ayuda a absorber la energía negativa.
Haziel te ayuda a perdonar, a dejar a un lado el rencor y a seguir adelante con el corazón lleno de amor. Los nacidos bajo sus alas son personas capaces de superar cualquier problema con otra persona pues su buena fe les ayuda a creer siempre que hacer las paces es posible y, además, el mejor camino. Sinceros, siempre se puede confiar en ellos y en sus buenas intenciones.
– Aladiah protege a los nacidos entre el 4 y el 8 de mayo y pertenece a la jerarquía de los querubines. Los colores plata y blanco y la perla como piedra son símbolos de su presencia. Aladiah aporta serenidad en los malos momentos y fortaleza para que los enfados se apacigüen.
Los regidos por este querubín saben perdonar las ofensas sin que quede rastro de ellas y saben aprender de sus errores sin caer en victimismos. Gozan de buena fortuna y de una salud estupenda, y, como los gatos, caen siempre de pie.
– Laoviah, el querubín que ayuda a vencer en las adversidades, rige a los nacidos entre el 9 y el 13 de mayo. Su color representativo es el violeta y su piedra la amatista, que transforma lo negativo y positiva e impulsa a superar de baches emocionales.
Los que se hallan bajo su influencia directa poseen un espíritu fuerte que les protege ante el decaimiento y se convierte en su gran aliado para no rendirse jamás. Consiguen lo que se proponen gracias a su fuerza y talento, pero no deben utilizar su suerte divina ni para pasar por encima de los demás ni para conseguir aquello que no es suyo.