HORÓSCOPO JAPONÉS SEGÚN TU GRUPO SANGUÍNEO

Los japoneses siguen con emoción las aventuras de su signo del zodiaco occidental, como nosotros. Pero ellos también tienen en cuenta otro indicador de la personalidad de un individuo: su grupo sanguíneo.
Se trata de una superstición, en realidad. Ningún estudio científico ha demostrado que existan características en la personalidad que puedan asociarse a un tipo de sangre u otro.
Sin embargo, esta creencia comenzó a extenderse a principios del siglo XX (sobre 1916), cuando a unos cuantos médicos japoneses les dio por atribuir ciertas cualidades a los distintos tipos sanguíneos.
Por ejemplo, sobre las personas cuya sangre era del tipo A (la mayoría en Japón) dijeron que eran afables y aplicadas. Y todo lo contrario sobre las del tipo B.
Este “horóscopo” se hizo tan popular que sigue utilizándose a día de hoy. Así es que si un japonés te pregunta: ¿De qué grupo sanguíneo eres?, no creas que es para pedirte que le dones un litro a él o su familia, sino para conocerte un poquito mejor (o romper el hielo).
Sin embargo es sorprendente descubrir en Whatsapp que los símbolos de los grupos sanguíneos estaban al lado de los del zodiaco de toda la vida.
Ahí está la explicación. Para los japoneses es muy común conocer su grupo sanguíneo y preguntarle a alguien por el suyo.
¿Te interesa saber algunas características atribuidas a cada tipo sanguíneo?
Cómo eres según tu tipo de sangre


Tipo A
A grandes rasgos, las personas con este tipo de sangre suelen tener la cabeza en su sitio. Son centradas, responsables, confiables.

Suelen meditar sus problemas y tomarse las cosas con calma. Aplomo que transmiten a los demás.

Dan la impresión de estar seguros de lo que hacen. Lo que no quita que exista un rincón inseguro y nervioso en su forma de ser, que tratan de tener bajo control.

Lo mismo hacen con sus emociones. Por ese motivo, pueden parecer fríos y distantes en ocasiones. (¡Uy! Como capricornio…)

Y, a pesar de ser tan abiertos y racionales, tienen dificultades para relacionarse con personas cuyo temperamento o ideas son muy distintas de las suyas.



Tipo B
Prácticamente, sus características son opuestas a las del tipo A.

Estas personas son más alocadas, más espontáneas y curiosas. Suelen tener multitud de intereses (como un géminis de la vida).

Son muy buenos para empezar con nuevos proyectos. No tanto para terminarlos. Porque, si se dan cuenta de que algo no va por buen camino, prefieren pasar a otra historia antes de perder más tiempo.

Les gusta destacar por hacer bien las cosas y muchas veces lo logran. Otras veces, se pierden en su mundo paralelo y no hay quien entienda lo que hacen. (Muy piscis es esto.)

Porque el tipo B tiene una apariencia que dista de su verdadero “yo”. En realidad, aunque parezcan los reyes de la fiesta, necesitan sus ratitos de soledad. Son más bien introvertidos. Y no les suele gustar que haya demasiadas personas mangoneando en su vida.

Tipo O
Y aquí llegan los que abogan por la paz y la armonía (como hace un buen libra).

Tienen un corazón tan grande que no les cabe en el pecho. Suelen ser generosos y bondadosos. Los demás los encuentran tan buenas personas…

Pero también tienen una pequeña faceta cabezota e intolerante, que suelen mantener oculta por si no es bien encajada por su prójimo.

Se adaptan rápidamente a los cambios. Son receptivos a nuevas ideas. Y de esto se aprovechan unos cuantos espabilados para tomarles el pelo. (Mira, como pasa con sagitario.)

En resumen: Son adorables. Lo saben ellos y todo el orbe.


Tipo AB
En este tipo se mezclan características de A y B. ¿Salen engendros desquiciados?

No. Salen personas de extraordinaria sensibilidad. Personas muy empáticas, que tienen presentes las necesidades de los demás.

Y, a pesar de que son considerados con otros, con ellos y con las personas más cercanas suelen ser más bien estrictos.

(Haciendo una comparación para que te hagas una idea, combinan dos facetas: son cáncer en la calle y virgo en casa.)

Además, son sentimentales, sentidos y de los que piensan demasiado las cosas, grandes o pequeñas. Por lo que necesitan pasar sus buenos ratos a solas; para explorar sus pensamientos y sentimientos sin que nadie les moleste.