Pahaliah rige a los nacidos entre el 24 y el 28 de junio y pertenece a los elegidos para llevar el Trono de Dios. Su color es el verde, su piedra la esmeralda y su regalo la capacidad para saber siempre actuar adecuadamente y con tranquilidad en todo momento.
Los iluminados con la luz de Pahaliah intentarán siempre que las cosas tomen el curso correcto, que no se descontrolen y, sobre todo, que se cumplan en todo momento las importantes normas que dicta el buen comportamiento. Sentirán con tal intensidad la necesidad de seguir las directrices divinas que dedicarán buena parte de su tiempo, o todo, a compartir con los demás sus ideas y convicciones.
Nelchael cuida de los nacidos entre el 29 de junio y el 3 de julio. Perteneciente a la jerarquía de los Tronos, los colores que lo acompañan son el blanco, el gris y el verde, y su piedra el aguamarina. Este ángel aporta ganas de aprender, de descubrir, de evolucionar espiritualmente.
Los que bajo su supervisión angelical se encuentran destacarán por su capacidad para avanzar en los estudios que emprendan y para aplicar lo aprendido, que es aún más importante. Guía de intelectuales y de estudiosos de cualquier campo, puedes acudir a él para que aporte claridad a los proyectos o estudios que te resulten difíciles de sacar adelante.
Leliel protege a los que cumplen años entre el 4 y el 8 de julio y está situado en la jerarquía de los Tronos. Este ángel, que tiene como colores asociados el blanco, el gris y el verde, tiene como piedra el aguamarina, el cual aporta buena suerte y felicidad. Leliel aporta capacidad para ser líder y empuje para ello.
Los nacidos acompañados de Leliel saben meterse de lleno en aquello que les interesa hasta convertirse en el mejor en el tema. Con grandes dotes de comunicación, pueden llegar a ser muy eficientes y productivos, siendo ejemplo como trabajador nato para los demás. Ahora bien, han de evitar centrarse sólo en una cosa o su vida se verá descompensada.
Melahel guarda las espaldas de los nacidos entre el 9 y el 13 de julio y les aporta el poder de sanar a los demás, de conocer curas sobre las que pocos tienen conocimiento. El color de Melahel es el blanco y el plateado y su piedra la bella perla.
Los que se encuentran bajo su influencia son apasionados del estudio de la medicina natural y poseen verdadero talento para poner en práctica la magia curativa de la naturaleza. Además sienten la necesidad de curar a aquellos que sufren y lo hacen, en gran parte, guiados por el amor que guardan en su interior.