Quizás cuando leas esto tengas una media sonrisa en tu cara, porque ni te sientes como nunca de bien pero tampoco estás hundido ni triste como otras veces. Desde hace tiempo, muchos meses atrás incluso, has visto cómo en alguna ocasión tu vida se rompía en cuanto a esquemas pero también viste cómo eras capaz de juntar de nuevo las piezas del puzzle y volvías a construir lo roto, y a veces hasta era mejor la reconstrucción que el original. De ahí tu media sonrisa, que no es entera pero es sonrisa porque a ratos te sientes más grande, grande en el sentido de haber enriquecido tu personalidad, de notar ciertas fortalezas porque has podido bucear en aguas muy profundas, de esas con poca luz y muy turbias, pero has sabido seguir hacia arriba, o hacia delante, pero nunca hacia abajo ni dejándote enredar por algunas plantas y algas inconvenientes. Media sonrisa porque no eres capaz de dar saltos de alegría, demostración que a ti a veces te parece ficticia cuando ves que los dan otros, y lo que sientes ahora tiene un puntito real, nada ficticio, que te gusta, porque has visto que algunos sueños se han cumplido, porque algunas elecciones te han llevado al final de año y te han colocado en la primera casilla de salida y tienes ya hasta una agenda organizada para moverte por todo 2016, una agenda práctica y constructiva, con sueños, claro, no serías tú si los dejaras aparcados, pero con asuntos que aunque te hagan temblar un poco por intuirlos difíciles, no te impiden tenerlos ahí anotados para empezar a mentalizarte ya de que los tienes que trabajar.
Y sí, para ti el año empieza con una buena lección aprendida y es que tomar las riendas de tu vida debe ser fundamental, pero más que tomar las riendas en cuanto a control, es tomar las riendas en cuanto a actuar, físicamente, en el sentido de moverte y hacer cosas. Sabes que tienes que dejar la actitud contemplativa y de poca implicación que tienes muchas veces; sabes que para descansar, antes tienes que haber trabajado, y que tú no eres de los que se matan, aunque eso sí, lo que haces lo haces bien.
Pero, Piscis, ahora toca levantarse si estás en el suelo, ponerse de pie si estás sentado, andar si estás parado, correr si solo vas andando y volar si hay un sueño al fondo con la mejor pinta de todos los que has visto en meses. Y si no hay sueño también, pero que haya metas al menos porque sin metas no hay caminos. Y el tuyo debe estar muy claro, para que puedas seguirlo sin pararte muchas veces por aquello que dijeron o hicieron.
Fuera ya las susceptibilidades, Piscis, porque te frenan, y seguro que si creyeras más en ti no serías tan susceptible. Es tu mecanismo de defensa, como otros muchos que tienes, pero este año va a ser diferente porque lo que vas es a desplegar muchos mecanismos pero de ofensa. Todo tú tiene que ser un empuje, de la cabeza a los pies. Decidiendo, sintiendo, haciendo, apoyando, pensando… pero en plan pionero, intentando adelantar a todos, aunque no seas competitivo. Y si alguien te sobrepasa y lo hace con malas artes, díselo, que a veces parece que te callas porque te cansa hablar. Eso tiene que acabarse.
En tu mundo, Piscis, que es muy brillante y diferente al del resto, se estará muy agusto, pero de nada te vale añorar ser como otros si luego no quieres salir de ahí donde tan seguro te sientes. De nada vale sentirse tan diferente si luego no se hace nada por evitarlo. Y ni se te ocurra excusarte diciendo que es por tus sueños y emociones. Esos puedes llevarlos allí donde vayas. No se te pide que te cambies tu esencia sino que tú y tu esencia os adaptéis más a otros mundos. Y no para quedaros para siempre, no. Pero sí para poder ir y venir, con libertad para disfrutar de lo mejor a ambos lados de las dos realidades. Sí, realidades. Una palabra que te gusta muy poco porque tú eres más de evasión, inconsciente, idealización y desorden. Palabras que a otros signos les producen inquietud pero a vosotros no, y ahí es donde ellos se pierden tanto como vosotros ganáis. Porque cuando hacéis bien las cosas, cuando aprendéis de los errores, cuando os levantáis casi antes de caer, cuando sois conscientes de la realidad, esas palabras se hacen preciosas y en vuestro contexto significan ilusión, deseo, creatividad y una imaginación que muchos nunca tendrán por mucho que la busquen y la quieran hasta comprar.
La imaginación es como un tesoro que no está para cualquiera, un tesoro de los del fondo del mar, de los que nunca se encuentran porque sólo os pertenece a vosotros, los peces del Zodíaco, siempre moviéndose, y casi siempre en direcciones opuestas, de ahí las duplicidades que tenéis, de ahí los dos puntos de vista para muchas cosas, de ahí que los que no os entienden, tiren la toalla en vez de engancharse a vuestra cola y seguiros por vuestro mundo. No habría mejor viaje que el que podéis ofrecer a los que os sigan detrás, nunca al lado, porque es imposible ponerse al lado de un pez, pero si cerca, en su corriente. Y de ahí al infinito.